Memorias ( II )
" Creer o no creer "
…. Abrumado por un coloquio ininteligible de rezos y crucifijos, escapé de Dios, renegando de su existencia. Era mi primera vez.
Tenía apenas 9 años y lo hice burlando estrictas normas y trepando la verja de la escuela. Nada más poner los pies en la calle, la vi a Ella asomándose por el patio de juegos que yo acababa de abandonar. Creí que se trataba de un ángel. (Admito que todavía llevaba mi corazón en la mano). Entonces, volví a trepar la verja para hacer el viaje de vuelta, con la idea de convencerme si la muchacha era real o si, por el contrario, la había imaginado. Antes de conseguir llegar hasta Ella, la perdí entre un centenar de cotonas marrones y blanquiazules delantales a cuadritos.
Frustrado, aunque persistente, me permití darle una segunda oportunidad a quien muchos llaman el creador de todo. Y le propuse un curioso intercambio de intenciones.
Una noche de viernes, pletórica de hechizos y peripecias, el jamás visto por alguien, me respondió con un guiño.
Pude besarla, con muchos nervios, bastante saliva y escasísimo talento. Desde esa noche, me propuse hacerme grande en ese arte, valiéndome del poco elegante recurso de espiar a los más grandes.
Pasados algunos días y ya puesto en los progresos de ese arte que ya sentía como propio, comprendí que el curioso intercambio había resultado la mar de beneficioso.
Y nunca me importó, una vez conseguido mi propósito de estar junto a la muchacha, cumplir con mi parte del curioso intercambio:
asistir durante semanas -meses incluso- a la misa de domingo….
( Claudio Olivos - Noviembre 19 de 2010 - San Miguel, Santiago de Chile )