martes, 17 de junio de 2008



" Marcar o No Marcar X:
esa es la Santa Pasta "

(VINCENT van GOGH - "Congregation Leaving the Reformed Church in Nuenen" - During January and february of 1884)


En el inconsciente colectivo que constituye las dos Españas (la progre y la profunda) se pasea, desde noviembre del año pasado, una dramática declaración de amor, en clave canción. (Con su muy pegadizo estribillo.) Dicha canción está llamada a convertirse en el bombazo musical del verano 2008. (Que no bombazo económico de la campaña tributaria 2008, mal pensados). Lo hace impostando una empalagosa voz, luciendo la más vistosa de sus sotanas y enseñando el más brillante de sus sacros relicarios. Lo hace sonriendo, con esa caritadeyonofui que ¿Dios? le ha dado; con esa áurea delmillóndeamigos con los que flirtea, persiguiendo que éstos se rasquen los bolsillos.
En los corrillos del metro, de los bares, de las plazas y, cómo no, de las iglesias, el españolito de a pie especula acerca del destino de esa virtual montaña de pasta. Recurriendo al topicazo ese "de todo hay en la viña del señor", hay opiniones para todos los gustos, (o credos, como usted prefiera). De algunas de esas opiniones, casi sin proponérmelo, me he enterado....
Los hay quienes sostienen que buena parte de lo recaudado (se calcula que 300 y pico millones de euros en el peor de los casos y unos 600 y pico, en el mejor, por cada ejercicio tributario) "se destina a atender, vía asistencia directa de la iglesia en España, a cerca de dos millones de personas, para cuyo efecto dispone de 107 centros hospitalarios, 128 ambulatorios y dispensarios, 876 casas para ancianos, enfermos crónicos y discapacitados, 937 orfanatos, 321 guarderías infantiles, 365 centros de reeducación, 144 centros de caridad, 305 consultorios para la defensa de la vida y de la familia, presencia en 82 centros penitenciarios, 73 centros para la acogida de reclusos en libertad provisional, 54 centros para la atención a toxicómanos y 24 centros para la atención a enfermos de SIDA. Además, casi dos millones de personas son alumnos de centros educativos de la Iglesia..." Otros, más místicos, aseguran que buena parte de ese dinero se destina a cuestiones más eclécticas (a no confundir con eclesiásticas), del tipo inversiones en bolsa, adquisición de obras de arte, cursos intensivos de tolerancia (con sus respectivos contratiempos por fracaso académico) y pago de nóminas en medios informativos de invaluable labor cívica. Incluso hay uno que otro graciosito, como el tío ese que me encontré en un bar de la Calle Toledo y al que le escuché algo parecido a "es pa' comprarle ropa a la sobrina de Antonio María...."
Útil o esteril, el debate está servido. Un detalle: la intensidad del debate, a partir de hoy, 16 de junio de 2008, subirá de decibelios. Y porqué no decirlo: también subirán los decibelios de la canción "Marca la X...." (y su muy pegadizo estribillo).
¿Os preguntáis.... Por qué? Así las cosas, os diré que hoy ha ocurrido algo que viene a alterar el curso de las cosas (o de la campaña). Un terrible gasto imprevisto.... (Vamos, que de imprevisto poco, pero que, declarado como tal, grava bastante menos). El programa para el sostenimiento económico de la Iglesia (que viene a ser algo así como el nombre del Disco), está en manos (y en los bolsillos) ya no sólo de los 8 millones de fieles que acuden domingo a domingo en plan feligreses, sacrificando el bocata de calamares o la cañita, cuando pasa el señor de la gorra por sus taburetes, sino que está en manos de los contribuyentes españoles. Españoles de raza y circunstancia. (Eso qué importa en estos casos).
No es plan, dicen las letras de las canciones que completan el Disco, malgastar ese preciado 0.7 % de la cuota íntegra (el tristemente célebre IRPF) en turbias organizaciones no gubernamentales; ni menos aún, absteniéndose de marcar ambas Equis (Iglesia u ONG's) malgastarlo, dilapidarlo en los corruptos e impúdicos tentáculos del Estado.
Nada de eso. La X (equis), o la cruz vista en perspectiva, dirigidla al casillero de la Santa Iglesia. Máxime si hoy, a la luz de tan lamentable imprevisto, las arcas eclesiásticas (que esta vez no eclécticas) se han visto vilmente saqueadas por un fallo judicial incapaz de salvaguardar el constitucional derecho de todo ciudadano de bien, a injuriar y a insultar libremente y en público.... a cualquier hijo de.... esta noble tierra.
¡36 mil eurazos! ¡Qué canallada! ¿Dónde se ha visto cosa semejante? ¿En qué lugar del mundo -¡Dios Mío!- un adalid de las causas justas, un esnob apóstol mascando chicle, un locuaz enviado de los cielos, un bíblico instigador del amor al prójimo.... es impedido de ejercer su santo derecho a cabrearse?
Rezad por él. Rascaros el acuciante bolsillo. Que se os vea el plumero....

Y en caso de no estar del todo convencidos: hacedlo igual y cubriros con un tupido velo.

Amén.

( Claudio Olivos - Sacristán Exonerado - Junio 16 de 2008 - Madrid )

Nota: los datos entrecomillados y en cursiva, refutables o no, han sido recogidos de un artículo de Ecclesia Digital, escrito el 13 de noviembre de 2007 por Jesús de las Heras Muela, Director de ECCLESIA.


1 comentario:

Alma Mia dijo...

Vengo a dejarte un saludo afectuoso!!
Y a decirte, que es muy "Buena tú Memoria!!" Y me encanta que así sea...
Un abrazo fraterno!
Nori.

PD: bonita música!!!!!